jueves, 23 de agosto de 2012

¿NECESITAS UN DESCANSO? Parte I


Ha sido una temporada muy larga, llena de competiciones y de entrenamientos insufribles, por fin se acerca el otoño y con ello el añorado descanso. Para muchos deportistas, la única motivación que existe para entrenar a estas alturas del año es el pensar en esas dos semanas que van a tener de “vacaciones”.

            Cuando hablamos de recuperación nos referimos a un proceso básico de regeneración y reequilibrio celular y de sistemas, que tiene lugar tras las modificaciones sufridas por el desarrollo de una actividad física intensa. Viru (1997) señala que la recuperación cumple una serie de funciones, entre las que destaca como más importantes:
-          La normalización de las funciones.
-         Restauración de los niveles energéticos con un periodo temporal de supercompensación de los mismos.
-          Normalización del equilibrio homeostático.
-   Función de reconstrucción, particularmente de las estructuras celulares y del sistema enzimático.

A esta serie de funciones, debemos también añadirle la recuperación psicológica. La temporada es muy larga, cargada de competiciones y de entrenamientos insufribles, por lo que el desgaste psicológico es muy grande. Durante este periodo tenemos que intentar desconectar de lo que hemos estado haciendo y de esta manera dar un respiro a nuestra mente, para así poder volver a recuperar la motivación por la competición. Si le preguntamos a la mayoría de los deportistas a principios de año sobre que les motiva más para entrenar, tendríamos un respuesta muy clara, “el quedar alante en las competiciones”, y si esa misma pregunta se la hacemos en los meses de julio – agosto, nos dirán, “ya solo pienso en que llegue septiembre para así desconectar de todo esto”.  Y si hablamos de deportistas profesionales el factor psicológico aún se agrava más debido a que los contratos no son por largas temporadas, el que tiene suerte tiene como mucho dos años firmados, por lo que la inestabilidad laboral hace que aumente el cansancio psicológico.

El descanso es parte de la preparación física, pero en ocasiones no le damos la suficiente importancia. Cuando leemos investigaciones podemos darnos cuenta de que la mayoría de las publicaciones sólo se centran en como entrenar alguna determinada capacidad, pero en pocas ocasiones leemos sobre como afrontar el descanso después de una temporada. Si hacemos un estudio en un grupo de deportistas nos daremos cuenta que cada uno hace una cosa durante estas semanas de descanso. Es por ello que es difícil escribir algo al respecto apoyándonos investigaciones científicas.

Después de muchos años viendo como descansan los deportistas, hemos llegado a la conclusión de que el deportista descansa más de la cuenta. Desde nuestro punto de vista, el descanso debe de durar unas dos semanas, durante las cuales el deportista hará una recuperación activa, es decir, de 14 días se entrenará 5 – 6 días. De esta manera el cuerpo no sufrirá el gran impacto que conlleva el para bruscamente. Al igual que para ir cogiendo la forma, tenemos que ir haciendo entrenamientos de intensidad con cargas cada vez más acentuadas, durante el descanso tenemos que hacer una desadaptación poco a poco. Es más, no debemos de alargar mucho el periodo de descanso para así no perder todas las adaptaciones conseguidas durante la temporada y de esta manera poder iniciar la temporada siguiente un escalón por encima de la anterior.

Como hemos dicho anteriormente, lo recomendable es para dos semanas, durante las cuales realizaremos entrenamientos principalmente de carácter aeróbico favoreciendo así los procesos de regeneración del organismo. Estaría muy bien una escapadita a un balneario o a algún centro de recuperación. La permanencia en alturas superiores a los 1800m también favorecen la recuperación gracias a la oxigenación que recibe el cuerpo, pero claro está que durante la estancia en altura no podremos realizar entrenamientos por encima del primer umbral.

            Entre la infinidad de posibilidades de que dispone el deportista para afrontar con éxito el camino de la recuperación, resulta destacado el papel de los medios físicos en ese proceso. La fisioterapia moderna dispone de una enorme variedad de factores naturales (sol, aire, agua, ...) y artificiales que poseen una elevada actividad biológica y curativa. Algunos de los medios mecánicos existentes son, ocasionalmente, englobados dentro del término mecanoterapia, ya que las mismas se basan en el uso de aparatos muy específicos y en tecnologías en ocasiones altamente sofisticadas. Entre todos ellos podemos destacar los siguientes

TERMOTERAPIA

Consiste en la utilización del calor en cualquiera de sus múltiples técnicas y aplicaciones con fines terapéuticos o rehabilitadotas. El calor puede utilizarse por irradación (infrarrojos), por contacto (agua, lodos, ...) o por conducción. Gracias a este método podemos suprimir la fatiga, aumentar el tono parasimpático, aumentar las reacciones metabólicas, ....

Se usa como mecanismo rehabilitador por su acción sobre el aporte sanguíneo, sobre el metabolismo y el dolor, pero tiene otras más que resultan de interés en la recuperación deportiva, las cuales podemos resumir de la siguiente forma:
-          Vasodilatación.
-          Aumento del flujo sanguíneo
-          Aumento del metabolismo.
-          Aumento de la extensibilidad colágena
-          Disminución de la viscosidad
-          Variación de la velocidad de conducción nerviosa
-          Analgesia
-          Reducción del tono muscular

Los rayos ultravioletas. Son técnicas de calor superficiales, en el que al pasar los rayos a través de la piel, intensifican la circulación sanguínea y el tropismo de los tejidos., varía la permeabilidad de los capilares y de las membranas celulares, activa las enzimas, mejora la absorción de fósforo y el calcio por el tejido óseo, y normaliza la actividad del sistema nervioso.

Este tratamiento es de vital importancia en países donde la radiación solar es escasa. En España gracias Dios no tenemos problemas en este aspecto.

La onda corta son ondas radiomagnéticas atenuadas que calientan los tejidos (preferentemente los que son ricos en agua como el músculo cuando se utilizan aplicadores acoplados inductivamente y en otros tejidos cuando son por capacitancia) cuando lo atraviesan. Los efectos de esta técnica son los siguientes:
-          Aumento de la temperatura.
-          Reducción de la tensión arterial.
-          Vasodilatación arterial.
-          Aumento de la eliminación en la linfa.
-          Activación del metabolismo.
-          Activación de la hipófisis.
-          Aumento de la velocidad de la conducción nerviosa.
-          Relajación muscular.

Las microondas tiene un efecto térmico que varia de la onda corta por la menor profundidad de su actuación.

Los ultrasonidos son frecuencias de sonidos por encima de los límites de audición humana, los cuales por conversión se transforman en calor y producen los efectos característicos de esta técnica. En caso de contracturas por sobrecarga se utilizan los ultrasonidos con los estiramientos

Los principales efectos que tiene la aplicación de ultrasonidos son:
-          Separación de las fibras de colágeno.
-          Incremento de la temperatura de los tejidos.
-          Disminución del dolor.
-          Incrementa el flujo sanguíneo y linfático
-          Disminuye la velocidad de conducción nerviosa.
-          Aumenta la extensibilidad de las fibras de colágeno
Continúa...

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