viernes, 27 de febrero de 2009

DOPING PARTE II


Los deportistas normalmente se esfuerzan mucho para fomentar todos los aspectos de su salud (se entrenan duro, toman comidas equilibradas, reciben atención médica, ......), y sin embargo ingieren deliberadamente agentes sintéticos, muchos de los cuales desencadenan efectos sanitarios negativos que van desde las náuseas, pérdida de pelo, irritabilidad nerviosa, hasta consecuencias graves de esterilidad, disfunción hepática, adicción a las drogas e incluso la muerte por cáncer hepático y sanguíneo.

QUIERO MÚSCULOS MÁS GRANDES

Esteroides anabolizantes

Su origen data del año 1950 y año tras año han ido evolucionando. En la actualidad es uno de los productos científicos más avanzados de los que pueden hacer uso los deportistas. Su uso es ilegal.

Un esteroide anabolizante actúa de forma similar a la testosterona, uniéndose a receptores específicos en el músculo y otros tejidos. Contribuye a las características sexuales secundarias de los varones, incluyendo las diferencias sexuales en cuanto la masa muscular.

Los deportistas que toman estos fármacos combinan múltiples preparaciones de esteroides de forma oral e inyectable, una práctica que se denomina acumulación, aumentando progresivamente la dosis del fármaco durante ciclos de 6 a 12 semanas. El deportista entonces altera la dosis del fármaco y/o lo combina con otros fármacos antes de la competición para minimizar la probabilidad de su detección.

Con el uso de estos productos el deportista puede ser más competitivo, agresivo y resistente a la fatiga. La mejora es posible gracias a los efectos desinhibidotes sobre el sistema nervioso central, permitiendo al atleta entrenar más duro y durante un periodo de tiempo mayor, y gracias a la ganancia de masa muscular, que conllevará a una mayor fuerza. Los estudios sobre este tema son un poco dudosos, pero algunos demuestran que se produce un aumento de la masa corporal y la reducción de la grasa corporal. En las investigaciones realizadas asta la actualidad, no se han demostrados los aumentos de masa corporal, debido a que las dosis utilizadas por los investigadores eran las mismas que utilizaban los médicos con sus pacientes (de 5 a 20 mg) y para obtener cambios a nivel muscular hay que tomar dosis que van de 50 a 200 mg. Cuando se ingieren dosis tan altas, la hormona cortisol aparece en escena. El cortisol y la testosterona se parecen mucho químicamente, de manera que cuando la cantidad de ésta última es excesiva, puede llegar a bloquear los receptores del cortisol y evitar que realice su función normal, es decir, de degradación de las proteínas. De esta manera la esteroides anabolizantes pueden aumentar la masa muscular.

Los esteroides anabolizantes aumentan el tamaño de las fibras musculares introduciéndose en las células del músculo estimulando la producción de proteínas. Tenemos que destacar el hecho de que la musculatura corporal aumenta mucho más que la fuerza muscular, esto se debe, a que la testosterona puede provocar retención de líquidos, hinchando el músculo pero si hacerlo más fuerte.

El uso de esteroides anabolizantes en las dosis que los deportistas suelen utilizar dan lugar a importantes efectos secundarios. A continuación enumeramos los problemas más graves:
Una dosificación prolongada puede dar lugar a un deterioro en la función endocrina de la testosterona. Otras alteraciones hormonales y en especial en los hombres se pude dar un aumento de la concentración de estradiol, la principal hormona femenina. Por este motivo algunos deportistas tienen un desarrollo excesivo de las glándulas mamarias, llegando a segregar leche en algunas ocasiones.
Se puede producir un aumento de la próstata.
Debido a la disminución del C-HDL (colesterol de la proteínas de alta densidad y conocido como colesterol bueno)) y al aumento del C-LDL (colesterol de las proteínas de baja densidad, colesterol malo) se produce una descompensación en el consciente entre ambos valores, dando lugar a una disminución del mismo y con ello a un aumento del riesgo de padecer problemas cardiacos. Se necesitan 8 semanas sin consumir esteroides anabolizantes para que los niveles de C-HDL vuelvan a sus valores normales.
Dado que el hígado es el órgano que metaboliza los andrógenos casi exclusivamente, es muy probable que se produzcan daños a largo plazo. Una lesión muy común es la conocida con el nombre de púrpura hepática, que son lesiones localizadas donde se producen acumulaciones de sangre. En casos extremos el hígado deja de funcionar o se produce una hemorragia intraabdominal y el deportista fallece. Estos problemas pueden suceder incluso cuando el médico administra una dosis recomendada.
Su uso interfiere en el funcionamiento del sistema inmunitario.
En las mujeres, incluso con dosis muy pequeñas pueden aparecer características de masculinización, interrupción del periodo, aumento de las glándulas sebáceas, aparición de acné y bello corporal, disminución del tamaño de las mamas y un aumento del clítoris.
Aparición de cáncer de cerebro e hígado, episodios de hostilidad y agresión.

Algunos de los esteroides anabolizantes más utilizados son: Dianabol, Andradol, Android-25, Parabolín, Sustanón, Depo-testoserona, Testosterona, Winstrol y Androdern Activasa, Nutropin, Dexedrine y Ritalín.

LA SANGRE DE LA VIDA

Dopaje sanguíneo:

Este tipo dopaje comenzó a ser utilizado por los deportistas escandinavos a principios de 1960 y consiste en la extracción de sangre (sobre 1 litro) varios meses antes de la competición principal. La sangre tiene que estar en perfecto estado y sin ninguna carencia antes de ser extraída.

Con el objetivo de ir afinando la puesta a punto de cara a la competición, sometemos al organismo a un gran desgaste y con ello nuestro torrente sanguíneo va sufriendo un déficit en componentes como el hematocrito, la hemoglobina, ...... Unos días antes de la competición e incluso durante el transcurso de la misma, si son varios días los que dura la competición, se procede la transfusión sanguínea y de esta manera la sangre se “rejuvenece” y el deportistas va a ver incrementado su rendimiento debido principalmente a que el transporte de oxígeno se ve aumentado, lo que dará lugar a una recuperación más rápida y a disponer de un puntito más en los momentos de máximo esfuerzo.

La eritropeyetina

Hizo acto de presencia a finales de los años ochenta y se conoce con el nombre de EPO. Es una proteína producida en los riñones con el objetivo de aumentar el número de glóbulos rojos (hematocrito) que nos ayudarán al transporte de las moléculas de oxígeno gracias a que éstas, se unen a una molécula que se encuentra dentro del glóbulo rojo llamada hemoglobina. El problema que ocurre con esta práctica no es otro que el aumento excesivo del número de glóbulos rojos, debido a que esto conlleva a un espesamiento de la sangre y con ello a una mayor dificultad del transporte de ésta a través del torrente sanguíneo, dando lugar a que el corazón tenga que realizar un mayor esfuerzo a la hora de bombear la sangre y distribuirla por le cuerpo. Cuando la densidad es muy grande, el corazón no es capaz de bombear la sangre y acaba parándose, dando lugar a la muerte del deportista. Es por ello que en los controles de hematocrito no se deja que el deportista supere el 50% o en el caso de los esquiadores un 52%.

El porcentaje que se ha elegido, ha sido fuente de polémica y de grandes discusiones entre la comunidad científica. No siempre que se pase del 50% quiere decir que el deportista haya dado positivo. Cuando en un control, un deportista supera estos niveles, lo primero que se le realiza es inhabilitarle durante un periodo de 15 días, con el objetivo de que disminuya el porcentaje de hematocrito. Una vez finalizado el periodo de descanso, tienen que volver a realizarse un segundo control, para comprobar que el hematocrito se encuentra por debajo del límite establecido.. Hay que destacar que a cualquier deportista que da un porcentaje de hematocrito superior a los niveles permitidos, además de inhabilitarlo temporalmente se le hace un control de EPO, para descartar el uso de dicha sustancia.

El hematocrito puede variar hasta un 1,5 % en 30 minutos, según se den ciertos acontecimientos. Si nos deshidratamos y teniendo en cuenta que el mayor componte de la sangre es el plasma (compuesto formado principalmente formado por agua), éste se verá reducido y con ello el valor del hematocrito aumentado (la sangre se espesa más).Es muy normal que un deportista se deshidrate en carrera y por ello los controles de hematocrito se suelen realizar a horas muy tempranas de la mañana. Por este motivo, gran parte de los que consumen estos productos, beben mucho líquido e incluso duermen con suero intravenoso, con el fin de diluir más la sangre y en caso de que tengan que pasar el control, la probabilidad de que de dar una tasa alta de hematocrito disminuya. En segundo lugar y no por ello menos significativo influye la posición corporal. Según una investigación realizada por Gore y col (1992), un deportista puede llegar a tener una disminución de 6% del volumen plasmático (aumento del 1,5 % del hematocrito) a los 30 minutos de pasar de estar sentado, al estar de pie. Si un deportista está sentado y tiene un volumen sanguíneo de 6 litros y el hematocrito en posición de sentado del 49%, entonces la sangre estaría compuesta por 2,94 litros de glóbulos rojos y de 3,06 litros de plasma. Después de 30 minutos de pie, se produce la reducción del 6% del volumen plasmático incrementándose el hematocrito hasta el 50,5%. Esto se debe a que cuando se está de pie se tiene una mayor presión sanguínea que cuando estamos sentados o acostados. La mayor presión sanguínea cuando estamos de pie viene asociada al movimiento de fluido intravascular (plasma) hacia los compartimientos intersticiales y con ello disminuya el volumen plasmático en la sangre.

LA CHISPA DE LA VIDA

Los estimulantes llevan utilizándose para mejorar el rendimiento cientos de años. Las poblaciones nativas de Sudamérica, fueron las primeras en utilizar las hojas de coca para minimizar los efectos del trabajo en altura. Aún hoy en día se sigue realizando dicha práctica. El uso con fines deportivos tiene su origen en los años treinta del siglo pasado.

Estas drogas actúan sobre el sistema nervioso simpático, liberando un neurotransmisor químico llamado noradrenalina, haciendo que el organismo se ponga en estado de alerta y para ello, nuestro cuerpo sufre una serie de cambios. Las pupilas se dilatan para que entre más luz, los bronquíolos se ensanchan para captar más oxígeno, se eleva la frecuencia cardiaca, se comienza a distribuir una mayor cantidad de sangre y tanto la grasa como la glucosa comienzan a degradarse. Gracias a estas modificaciones el organismo se encuentra preparado para activarse en cuanto se le solicite. Nos gustaría destacar que los niveles de noradrenalina se activan también con la realización de ejercicio y puede elevarse entre cinco y diez veces con ejercicios máximos. Por este motivo, los deportistas que se entrenan muy fuerte y en condiciones de mucho estrés, no obtienen muchos beneficios consumiendo este tipo de drogas, a no ser que la sustancia consumida sea anfetaminas, sustancia que unida al ejercicio puede llegar a provocar un nivel tan alto de noradrenalina que de lugar a problemas en el corazón e incluso llegar al infarto.

Cocaína
Negrita
Los primeros españoles en utilizar esta sustancia, fueron los que participaron en la conquista del pueblo Inca en el siglo XVI. Los objetivos que les motivaban para su consumo, eran los mismo por los que se consume en la actualidad, ganar en resistencia y así obtener un beneficio a cambio. Su recompensa no era otra que el alargar al máximo la jornada de trabajo en las minas y así poder sustraer un mayor número de metales preciosos, para su posterior venta en España.

La primera persona en experimentar con esta sustancia con fines deportivos fue Sigmund Freud, conocidos por todos como el creador del psicoanálisis. La utilizó consigo mismo para comprobar si la cocaína aumentaba la fuerza muscular. En el deporte de competición se comenzó a utilizar a finales del siglo XIX con las carreras de ciclismo de larga distancia como la Paris-Brest-Paris, carrera que constaba de 1200 km a realizar en una etapa. En estas carreras, además de utilizarla como estimulante, se la colocaban en los ojos para no sentir la sensación de pesadez de los párpados.

La cocaína actúa actúa en el cerebro sobre las neuronas de la dopamina y la noradrenalina. La dopamina es un neurotransmisor como la noradrenalina, pero se encuentran en zonas diferentes del cerebro y actúa sobre el sistema de recompensa de éste, dando lugar al placer. Todas las drogas que son adictivas actúan de una u otra manera sobre la dopamina.

EL consumo de cocaína puede dar lugar a problemas como: Infarto cerebral o hemorragia cerebral, problemas cardiacos y pulmonares, aborto espontáneo, necrosis del tabique nasal, depresión severa, acidosis láctica, sinusitis, .......

Anfetaminas

Hizo acto de presencia a principios de 1930 con el objetivo de crear una droga que tuviera mejores efectos que la efedrina y minimizando los efectos secundarios de ésta. Si que se consiguió una droga mucho más potente que la efedrina, pero también mucho más peligrosa.

Actúa de una manera muy similar a la cocaína pero con efectos más drásticos. Si se toman durante un periodo de tiempo muy largo, surge un estado psicótico paranoide prácticamente imposible de distinguir de la esquizofrenia. El consumo de 5 a 20 mg de anfetamina normalmente produce sus efectos unos 30-90 minutos después de su ingesta. NO hay pruebas de laboratorio que nos indiquen que las anfetaminas aumentan el rendimiento deportivo y es por ello que son más utilizadas por los atletas noveles, los cuales creen que cualquier cosa les va a hacer aumentar su rendimiento. Lo que si se puede conseguir con su ingesta es eliminar las sensaciones de fatiga, lo que puede dar lugar a lesiones muy graves en el organismo. Cuando sentimos dolor, es porque nuestro cuerpo tiene algo que no va bien y es la única manera que tiene de darnos un toque de atención. Si por haber consumido anfetaminas, esa sensación de dolor no la sentimos, podemos llegar incluso a la muerte, como le paso al ciclista británico Tom Simpson en el Tour de 1967 cuando ascendía el Mont Ventoux.

Algunos de los efectos secundarios que podemos padecer son: cefaleas, temblores, insomnio, problemas cardiacos, pérdida de los sentidos, paranoia, psicosis,......

Efedrina

Muy utilizada en el continente asiático desde hace cientos de años para combatir el asma. No es tan peligrosa como la anfetamina porque no incrementa los niveles de dopamina, por lo que no es adictiva y su penetración en el cerebro no es muy buena.

Muchos de deportistas la toman porque creen que van a tener músculos más grandes van a rendir más con la activación que provocan, pero la verdad es que todas estas afirmaciones son falsas. El deportista sólo tiene la falsa percepción de que está trabajando más duro y su uso continuado da lugar a entrenamientos menos eficaces. Si se puede sascar algún beneficio, sería el de la broncodilatación, pero es tan mínimo, que no merece la pena padecer los efectos secundarios que conlleva su uso, como pueden ser el desgaste del tejido del corazón, insuficiencia cardiaca, insomnio, temblor,.....

Existen más sustancias que estimulan, como puede ser los brocodilatadores, descongestionantes, ..... pero lo que está claro es que lo único que pueden favorecer en el deporte es por sus efectos de alerta ante ciertas situaciones, pero no vamos a obtener mejores marcas y por ello no merece la pena sacrificar nuestra salud.

Esperamos que con estos dos artículos, hayáis comprendido como funcionan las sustancias dopantes más utilizadas ene l deporte. Pero lo que queremos que os quede más claro y que nunca olvidéis, es que los primero es vuestra salud y que el rendimiento deportivo es algo “secundario” y lo pongo entre paréntesis, porque alguno me podría decir que un profesional vive de su rendimiento. Pero ¿cuántos años va a vivir del deporte? Como mucho y teniendo mucha suerte 10 años, por lo que le queda toda una vida por delante y muchas cosas de las que disfrutar, familia, amigos, hijos, .......

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