Ricardo Moya, un talento de la larga distancia aún por pulir
viernes, 30 de julio de 2010
ALGUNAS FOTILLOS DE TRIATLÓN
Ricardo Moya, un talento de la larga distancia aún por pulir
lunes, 26 de julio de 2010
LAS FOTOS DEL TOUR
jueves, 22 de julio de 2010
¿POR QUÉ EL ENTRENAMIENTO DE FUEZA PARA LOS DEPORTES DE RESISTENCIA?
Primero y principal, obviamente, el incremento de fuerza. El objetivo final de aumentar el rendimiento en ciclismo es andar en bicicleta más rápido. Para poder andar más rápido, el ciclista tiene tres opciones: ejercer más fuerza en los pedales, pedalear más rápido o ambas. El entrenamiento con sobrecarga genera fuerza en la musculatura, la cual es necesaria para ejercer más fuerza en los pedales.
Segundo, el entrenamiento con sobrecarga mejora la resistencia muscular local. Si los principales grupos musculares involucrados en el pedaleo han aumentado su resistencia, el ciclista será capaz de mantener una mayor velocidad durante un tiempo más largo, y por lo tanto, logrará un mejor rendimiento.
Tercero, el entrenamiento con sobrecarga juega un papel importante en la prevención de lesiones. El ciclismo es intrínsecamente una actividad altamente repetitiva. Imagine un ciclista durante un entrenamiento de dos horas en bicicleta. Con una cadencia de 94 revoluciones por minuto (rpm), el/ella hará ¡11.280 repeticiones! Si el sistema músculo-esquelético no está preparado para soportar esta cantidad de repeticiones, se pueden producir fácilmente lesiones por sobreuso. El entrenamiento con sobrecarga fortalece el tejido conectivo que se encuentra en músculos, tendones y en su punto de unión con los huesos. El beneficio de este “pre-hábito” es importante para el atleta que quiere mantenerse en camino.
Finalmente, el entrenamiento con sobrecarga es un componente importante de un programa de rehabilitación post-lesión para que el atleta pueda volver a la bicicleta.
lunes, 19 de julio de 2010
UN HÉROE ANÓNIMO
David con su sobrino "la vida es bella y hay que vivirla a tope"
Mucha suerte con tus nuevos retos y no te rindas nunca, eres un gran ejemplo a seguir y un gran campeón porque lo que has realizado quizás tenga más mérito que el mejor de los resultados deportivos
jueves, 15 de julio de 2010
CALAMBRES MUSCULARES EN LA MARATÓN
domingo, 4 de julio de 2010
MENS SANA INCORPORE SANO
No debemos olvidar, sin embargo, que la base de nuestro comportamiento son los procesos cognitivos básicos, tales como atención, control cognitivo, memoria, percepción, emoción, motivación, lenguaje y aprendizaje. Sólo en las últimas dos décadas ha surgido un interés creciente en la investigación acerca del papel del ejercicio físico sobre el funcionamiento de dichos mecanismos cognitivos.
Numerosos estudios parecen indicar que la actividad aeróbica (p.ej., pedalear en una bicicleta de forma continuada durante 20-30 minutos a baja intensidad) afecta positivamente al rendimiento cognitivo. Algunas investigaciones sugieren que el ejercicio provoca cambios a nivel electrofisiológico, con incremento de activación en frecuencias cerebrales específicas (p.ej., ondas theta, alpha y beta; Mecklinger, Kramer y Strayer, 1992). El análisis de potenciales evocados (en inglés, ERP) ha revelado cambios sobre todo en el P300 (una onda eléctrica positiva registrada a los 300 ms después de la aparición del estímulo al que los participantes responden), que a su vez está asociado con la activación en el lóbulo frontal, en el córtex cingulado y el córtex parietal. Estos cambios están ligados a una mayor implicación de procesos de control cognitivo. Otros estudios sugieren que los efectos cognitivos del ejercicio físico se deben a que aumenta el volumen de sangre en el cerebro (véase Hillman, Erickson y Kramer, 2008, para una revisión).
Se ha demostrado que el ejercicio físico influye en fases tardías del procesamiento de información, como la selección e inhibición de respuestas. Por ejemplo, Hillman y col. (2009) demostraron recientemente que correr en una cinta durante 20 minutos mejoraba la ejecución de un grupo de niños en una tarea de conflicto. La tarea consistía en discriminar la dirección de una flecha presentada en el centro de la pantalla, que a veces aparecía flanqueada de otras flechas que apuntaban en la misma dirección (”>>>>>”, ensayos congruentes) o en la dirección opuesta (”>><>>”, ensayos incongruentes). Los niños realizaban la tarea en reposo o inmediatamente después de la sesión de esfuerzo aeróbico. Los resultados mostraron una mayor exactitud de respuesta en los ensayos incongruentes después de realizar el esfuerzo (Figura 1). El análisis del registro electroencefalográfico mostró que el componente P300 tenía una mayor amplitud para los ensayos incongruentes en la sesión desarrollada después del esfuerzo que en la sesión de reposo. Este resultado indica que se ejercía un mayor control cognitivo (necesario para resolver el conflicto en los ensayos incongruentes) después del esfuerzo.
Por otro lado, investigaciones con animales han demostrado que el ejercicio favorece la neurogénesis y previene la neurodegeneración en diferentes áreas del cerebro (sobre todo en el hipocampo; Pereira y col., 2007), así como promueve el crecimiento de vasos sanguíneos en el hipocampo, el córtex y el cerebelo, lo que incrementa el suministro de nutrientes y energía en estas áreas neurales (véase Cotman y col., 2007, para una revisión). Los efectos del ejercicio sobre la neurogénesis y neurodegeneración han sido asociados con efectos beneficiosos en enfermedades como Alzheimer, Parkinson o depresión.
En conclusión, la evidencia disponible confirma la estrecha relación entre rendimiento físico, salud física y mental, y rendimiento cognitivo. Aunque queda mucho por investigar, todo apunta a que la práctica de ejercicio físico es importante para mejorar el rendimiento cognitivo y no sólo para la salud cardiovascular o respiratoria. Por tanto, la cita de Juvenal (”Mens sana in corpore sano”) parece confirmarse en su más amplio sentido.