Sobre el kilometro 145 el Danés Anders Steffensen hizo un cambio de ritmo en la única subida que había, lo que provoco que el grupo de 10 unidades, quedara partido por la mitad. Desobedeciendo los consejos de mi entrenador, solo en ese momento, me puse a seguir ese ritmo a sabiendas de que no lo podía mantener mucho rato y que después retomaríamos el buen ritmo que llevábamos y así fue, unos 3 kilómetros mas tarde todo volvió a la calma y conseguí salvar ese tirón junto al otro español que iba en el grupo (Fermín Barres). La verdad que la compañía en bici de Fermín Barres fue muy buena y fructífera ya que estuvimos atentos todo el rato el uno del otro y al final conseguimos hacer un gran parcial en bici.
Al abandonar el circuito de ciclismo, nos metemos en los últimos 3 kilómetros por las calles de Calella para llegar a los boxes. En esos 3 kilómetros estaba permitido el Drafting, aunque yo decidí tomármelo con tranquilidad y aprovechar para hacer algún estiramiento antes de llegar a boxes, lo que hizo que perdiera unos segundos con respecto al grupo en el que iba. Al final la bici salió a una media de 37,5 Km/h e hice la bici en 4h y 46 minutos sin contar las transiciones. Un muy buen tiempo, que a priori sabía que estaba a mi alcance más que de sobra.
Llego el momento de la T2, dejo la bici y me voy al “Bag area” a cambiarme. En el “Bag area” estaba mi compañero de equipo Sergio de Torres que hacia las funciones de periodista y me da algunas referencias y ánimos. En la T2 me quito el maillot, me pongo calcetines, unas pantorrilleras de compresión y cojo 3 geles y me pongo a correr.
Para seguir con el tema de la alimentación en la carrera a pie cogí 3 geles que sumaban entorno a las 350 Kcal. Los consejos de mi entrenador en este sector eran los de comer lo mejor posible y pararme en los avituallamientos a hidratarme bien y a refrescarme para intentar mantener la temperatura corporal a unos niveles adecuados.
La carrera a pie consistía en un enlace de un kilometro a un circuito de 10 Kilómetros al que había que dar 4 vueltas y luego otro enlace que salía del circuito hacia la meta. Los primeros 11 kilómetros fueron muy bien a un ritmo por debajo de los 4 min/Km, aunque en esta vuelta no pare en los avituallamientos. Después del kilometro 11 mantengo el ritmo pero paraba en los avituallamientos, lo que hacía que el paso por kilometro fuera peor. Hasta el kilometro 29 de la maratón iba muy bien, comiendo y bebiendo de forma correcta y sin tener ningún problema estomacal. En ese momento todo me hacía pensar que bajar de las 9 horas estaba al alcance de mi mano ya que pase por el kilometro 30 de la maratón con un tiempo acumulado de 8 horas.
Cuando pase por el kilometro 30 ya llevaba un kilometro algo tocado, con unas sensaciones algo extrañas, o dicho de otra forma, unas sensaciones que jamás había tenido. En esos momentos pensaba que hacer 12 kilómetros en menos de una hora era algo sencillo que haría sin ningún problema, por muy tocado que estuviera, pero no fue así. A partir de ese momento es cuando empecé a conocer y a sentir en mis músculos la dureza del Ironman. El cuerpo me pedía ponerme a andar pero yo no quería ya que cada vez que me andaba, el volver a ponerte a correr era una verdadera tortura para los músculos.
A partir del kilometro 33 me marque como objetivo correr un kilometro y ponerme a andar unos 100 metros pero iba tan mal que no podía cumplirlo. Andaba y andaba y no podía hacer mucho más. Al llegar a un avituallamiento sobre el kilometro 35 bebí todo lo que pude y termine todos mis geles. Tras andar un par de minutos recupere algo de fuerzas y puede correr un par de kilómetros sin parar. En el kilometro 37 me di cuenta que bajar de las 9 horas era ya una labor casi imposible, asique solo tenía como objetivo terminar. Después del kilometro 37 anduve por última vez aunque cuando me puse a correr iba a un ritmo de algo más de 6 min/km, un ritmo que jamás pese que podía llevar corriendo. Los kilómetros finales del circuito los hice con la vista puesta en salir del circuito y meterme en los ultimo 1500 m. Salí del circuito de carrera y el ultimo kilometro fue un calvario. Iba muy mal y el sol me daba de lleno en los ojos. Sinceramente es un último kilometro que días después del Ironman no lo recuerdo muy bien. Pero por fin llego la recta de meta y conseguí ser un finisher más. Al final 9 horas y 15 minutos, que sinceramente, hasta que no terminas un Ironman no consigues apreciar y valorar lo que supone terminar una prueba de estas por mucho que te lo cuenten.
En fin un sueño hecho realidad, un carrera que llevaba esperando muchos años y que por fin llego el día en el que cruce una línea de meta de un Ironman. La verdad que la preparación para el iroman no fue todo lo buena que me hubiera gustado y que tampoco pude entrenar de forma específica para esta prueba debido al tiempo que he de dedicar a los estudios y que me limitan para entrenar. Lo que sí que saco en positivo de esta temporada y de este Ironman es, todo el aprendizaje que me ha supuesto hacer algún entrenamiento específico de larga distancia y culminarlo con el ironman. Todo esto me ha enseñado que la larga distancia es muy dura, pero por otra parte ya sé lo que hay que entrenar y trabajar para seguir mejorando en estas pruebas que por otra parte es mucho lo que hay que “currar” pero con cabeza y buen hacer se podrán conseguir grandes logros.
Lo que está claro es que el ironman enamora a todo aquel que lo prueba y desde luego no será mi último. Como me dijo mi amigo Chema al poco de terminar la prueba en un SMS “Ya eres un Ironman, la cagaste ;-) ya no podrás salir de esto” y tiene mucha razón. Por último agradecer a todas las personas que me han animado y apoyado que han sido muchas, asique Muchas Gracias.
Espero que os haya gustado este relato de mi experiencia y que halláis podido aprender algo sobre la dureza de estas pruebas y como poder afrontarlas de la mejor manera posible. Para cualquier aclaración o debate estoy a vuestra disposición a través de este fantástico blog que nos da la oportunidad de aprender unos de otros y de compartir experiencias.
SALUDOS
Ricardo Moya García
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